El mundo del fútbol llora a una de sus figuras más emblemáticas. Este domingo se confirmó el fallecimiento de Hugo Orlando Gatti, a los 80 años, tras más de dos meses de internación en el Hospital Pirovano. El “Loco”, como lo conocía todo el país, había sufrido una larga internación por neumonía e insuficiencia cardíaca y renal, que derivaron en un cuadro irreversible.
Gatti, eterno ídolo de Boca Juniors, también dejó su huella en River Plate, Gimnasia, Unión y Atlanta. Su estilo revolucionario, su carisma y su valentía bajo los tres palos rompieron moldes en una época en la que los arqueros rara vez se animaban a salir del área o a jugar con los pies. Su melena larga, su presencia magnética y su capacidad para atajar penales lo convirtieron en una figura irrepetible.
Durante su gloriosa etapa en Boca, el Loco disputó 417 partidos —récord absoluto para un arquero en la historia del club— y ganó dos Copas Libertadores, una Copa Intercontinental y varios títulos locales. Con la Selección Argentina también dejó su sello, defendiendo la camiseta en 18 partidos oficiales.
Más allá de las estadísticas, Hugo Gatti fue un pionero, un adelantado a su tiempo que cambió para siempre la forma de entender el puesto de arquero. Su pasión por el fútbol lo mantuvo en actividad hasta los 44 años y su legado será recordado en cada cancha, en cada relato, en cada niño que sueñe con ser arquero.
¿Cuál fue el legado de Hugo Orlando Gatti?
Gatti no solo será recordado por sus títulos, sino también por su estilo de vida, su amor incondicional por el fútbol y su espíritu libre. Fue y será un ícono popular, un personaje que trascendió el deporte para instalarse en el corazón de todos.
