El pasado 4 de julio, las redes sociales se incendiaron luego de que Gonzalo Peillat, exjugador de Los Leones y actual integrante del equipo de hockey sobre césped de Alemania, celebrara efusivamente un gol contra la selección argentina.
El gesto del jugador, quien fuera una figura destacada en el equipo nacional, provocó una oleada de críticas y debates en torno a su lealtad y la naturaleza de su vínculo con Argentina.
En medio de la polémica, su excompañero en Los Leones, Agustín Mazzilli, ofreció una visión contundente: “No es el primer partido que jugamos contra Alemania. Ya en el primer partido lo gritó de esa manera y a mí me pareció excesivo. Hasta ese momento, que fue 2 años atrás, tenía una doble sensación porque compartía habitación y fue amigo mío. Quería que vuelva“.
Sin embargo, también dejó clara su postura actual: “Después de eso me puse a pensar y dejé en claro que es un alemán más. Claramente se nota que no le interesa o que no tiene sensaciones con Argentina. Hay que empezar a decir que es un alemán que nació en Argentina y está bien“.
El caso de Gonzalo Peillat ha puesto en evidencia los dilemas de identidad que pueden surgir en el deporte de élite, donde la profesionalización y la globalización generan situaciones como la actual.
