La gran final de la Copa Libertadores comenzó con un giro inesperado: Botafogo se quedó con diez jugadores antes de cumplirse el primer minuto de juego. Gregore, mediocampista del equipo carioca, fue protagonista de una acción peligrosa que condicionó el resto del encuentro.
El volante del Fogão fue con la plancha arriba, impactando directamente en la cabeza de Fausto Vera, mediocampista argentino del equipo rival. La acción dejó atónitos a jugadores y espectadores, mientras Vera quedó tendido en el césped mostrando claros signos de dolor y con sangre visible en su cabeza.
Tras los reclamos airados del equipo rival y al observar la gravedad de la lesión, el árbitro no dudó en mostrar la tarjeta roja directa a Gregore, dejando a Botafogo en desventaja numérica desde el comienzo del partido. Una decisión que marcar el curso de un duelo ya de por sí cargado de emociones.
